Frases de Stephen King

Stephen Edwin King o más reconocido en los medios y por los fans como Stephen King, quien ocasionalmente utiliza su seudónimo Richard Bachman, es un escritor de novelas de terror y misterio principalmente, pero también escribe sobre temas de ficción, sobrenaturales y fantásticos.

Nació en Portland, Estados Unidos el 21 de septiembre de 1947, quien a lo largo de su carrera ha publicado decenas de obras, más de 60 de momento, extrayendo frases de ellas, aunque de igual manera de sus mensajes y declaraciones.

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Aporte de Stephen King

La gran mayoría de las personas, incluso quienes no son amantes de los géneros del terror, tanto en libros como en películas, pueden decir que Stephen King es sinónimo de autenticidad con sus historias.

Este genio del género literario del terror o del mismo horror, ha creado una cultura en torno a sus libros, que por cierto han sido parte de los Best Sellers cada vez que saca un nuevo libro al mercado.

El resplandor de 1977 es quizás el libro más destacado de todos, teniendo otros como It, de 1986, Carrie, de 1974, Cementerio de animales, de 1983m y las más recientes, Later, La sangre manda, y muchas más.

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Frases de Stephen King de terror

El terror es la especialidad de Stephen King, no por nada sus libros de esta temática siguen siendo consumidos mucho tiempo después, los cuales se han producido como películas que hacen saltar de sus asientos a cualquiera, por lo que vale la pena leer las siguientes frases que te estaremos señalando. Veamos:

Los monstruos son reales, y los fantasmas también son reales. Viven dentro de nosotros y, a veces, ganan.
La cosa debajo de mi cama esperando agarrarme el tobillo no es real. Lo sé, y también sé que, si tengo cuidado de mantener mi pie bajo las sábanas, nunca podrá agarrar mi tobillo.
Sí, esa es la palabra clave, la palabra más horrible en la lengua inglesa. El asesinato no lo sostiene y el infierno es solo un sinónimo pobre.

Frases de Stephen King de amor

Si bien es cierto que este personaje es más reconocido por sus escritos de terror y relacionados, también ofrece frases de amor, y por supuesto que entre las que mencionaremos tienen el toque que solo Stephen King podría brindar:

Si has entregado tu corazón… ya has perdido. Una criatura sin corazón es una criatura sin amor, y una criatura sin amor es una bestia.
El amor no es suave, como dicen los poetas. El amor tiene dientes que muerden y las heridas nunca se cierran.
Una vida sin amor es como un árbol sin fruto.

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Frases de Stephen King de la vida

Es interesante la perspectiva que te ofrece Stephen King con sus frases acerca de la vida, las que son buenas leer, pues resultan motivantes, al menos las que hemos seleccionado especialmente por el aprendizaje que nos dejan:

Déjame decirte algo mi amigo. La esperanza es una cosa peligrosa. La esperanza puede volver loco a un hombre.
El talento nunca es estático. Siempre está creciendo o muriendo.
Puedes, deberías, y si eres lo suficientemente valiente para empezar, lo harás.

Aprender es descubrir lo que ya sabemos. Enseñar es recordar a otros que lo saben tan bien como nosotros. Todos somos aprendices, hacedores, maestros.
(Un recordatorio humilde de que el conocimiento siempre se comparte.)
Los libros son magia única portátil.
(Un pedazo de mundo que cabe en las manos.)
Si no hubiera quienes triunfan contra toda probabilidad, creo que todo el mundo renunciaría.
(Los ejemplos de lucha son lo que nos empujan a seguir.)
El que habla sin un oído atento es mudo.
(Sin alguien que escuche, la voz pierde sentido.)
La confianza de los inocentes es la herramienta más útil del mentiroso.
(La ingenuidad es un arma en manos equivocadas.)
La gente cree que soy una persona bastante extraña, pero eso es incorrecto: tengo el corazón de un niño pequeño, está en un frasco de vidrio sobre mi escritorio.
(Un humor oscuro muy propio de King.)
Lo que nos gusta pensar sobre nosotros mismos y lo que realmente somos raramente tienen mucho en común.
(Un choque inevitable entre autoimagen y realidad.)
Las personas que se esfuerzan por hacer lo correcto siempre parecen locas.
(A veces la ética se confunde con locura en un mundo torcido.)
Ocúpate viviendo u ocúpate muriendo.
(La vida exige acción, de lo contrario se escapa.)
Si quieres ser un escritor, debes hacer dos cosas por encima de todas los demás: leer mucho y escribir mucho.
(La receta simple y directa para escribir mejor.)
Los poemas se pierden con gran facilidad bajo los sofás, lo cual sin duda es uno de sus encantos.
(Un toque poético escondido en lo cotidiano.)
La ira es la emoción más inútil, destructiva para la mente y dañina para el corazón.
(Un fuego que siempre termina consumiéndote.)
Puedes, deberías, y si eres lo suficientemente valiente para empezar, lo harás.
(La acción nace del valor, no de las excusas.)
Si no controlas tu genio, tu genio te controlará a ti.
(Un recordatorio de que el talento sin disciplina se convierte en un monstruo.)
Si no tienes tiempo para leer, no tienes el tiempo o herramientas para escribir.
(La lectura es la cantera de todo escritor.)
Los corazones pueden romperse. Sí, los corazones pueden romperse… pero seguimos vivos.
(Un reconocimiento al dolor y a la resiliencia.)
Qué difícil era recordarlo todo a través de la bruma de cólera, el golpe seco y desafinado de ese único acorde.
(La ira nubla incluso la memoria.)
Tienes que permanecer fiel a lo que estás trabajando.
(La constancia es lo que da forma a una obra.)
Cada vida tiene su propia imitación de la inmortalidad.
(El eco de cada existencia deja su huella.)
Inventamos horrores para ayudarnos a enfrentar los reales.
(La ficción como entrenamiento para el miedo verdadero.)
Sólo los enemigos dicen la verdad. Los amigos y los amantes siempre mienten en algún punto.
(Una visión dura, pero no tan alejada de la realidad.)
El pesar auténtico es tan escaso como el amor auténtico.
(La sinceridad en las emociones es más rara de lo que parece.)
La vida es como una rueda. Tarde o temprano, siempre vuelve al punto donde comenzaste de nuevo.
(Un ciclo que nunca se rompe del todo.)
No hay ganancia sin riesgo, quizás no hay riesgo sin amor.
(El amor siempre implica arriesgar algo de uno mismo.)
La única razón por la que una persona escribe una historia, es porque a través de ella puede entender el pasado y prepararse para su muerte.
(Escribir como un modo de reconciliarse con la vida y el final.)
Cuidado, ten siempre en mente pensamientos alegres.
(Un consejo que suena inocente, pero también inquietante en su boca.)
Es mejor ser bueno que malo, pero uno alcanza la bondad a un costo terrible.
(Hacer el bien nunca es gratis.)
Los monstruos son reales y los fantasmas son reales también. Viven dentro de nosotros y a veces ellos ganan.
(El verdadero terror es interno.)
Cada libro que escoges tiene su propia lección… incluso los malos.
(Hasta lo mediocre enseña algo.)
Cuando todo lo demás falla, renuncia y ve a la biblioteca.
(El refugio eterno: los libros.)
A nadie le gusta un payaso a medianoche.
(Una simple frase que hiela la sangre.)
Hay asesinos que no necesariamente matan.
(Las palabras o acciones también pueden destruir.)
Es dulce oír la voz del diablo.
(Una tentación peligrosa disfrazada de placer.)
La esperanza es una cosa buena, quizá la mejor de todas, y las cosas buenas nunca mueren.
(Un destello de optimismo en medio de tanta oscuridad.)
El talento es más barato que la sal de mesa. Lo que separa al talentoso del exitoso es el trabajo duro.
(La disciplina vale más que el don natural.)
Escribir es como el sexo cuando envejeces: empezar es cada vez más difícil, pero una vez que has comenzado no querrás terminar.
(Un humor ácido aplicado al oficio de escribir.)
La ficción es la verdad dentro de la mentira.
(La paradoja que sostiene la literatura.)
Dios es cruel. A veces te hace vivir.
(Uno de esos pensamientos que mezcla ironía y dolor.)
Cuando la gente ve fantasmas, siempre se ve primero a sí misma.
(El miedo refleja lo que llevamos dentro.)
Me encanta el crimen, me encantan los misterios, y amo a los fantasmas.
(Un escritor que disfruta de lo macabro como un niño en su juego favorito.)
He envejecido (una fatalidad que, a veces, pienso ocurrió a mis espaldas).
(La vejez siempre llega de golpe, sin aviso.)
Si ser un niño trata de aprender a vivir, entonces ser un adulto trata de aprender a morir.
(La vida como preparación para lo inevitable.)
La televisión está bien… pero nos separa del mundo real.
(Un aviso sobre el poder adictivo de la pantalla.)
No hay nada de malo en esperar lo mejor, siempre y cuando estés preparado para lo peor.
(Un optimismo precavido.)
Cuando encuentras algo en lo que eres realmente talentoso, haces esa cosa hasta que tus dedos sangren o tus ojos se cierren de cansancio.
(La pasión verdadera no conoce límites.)
Un poco de talento es bueno para ser escritor. El requisito real es recordar cada cicatriz.
(La memoria del dolor es materia prima literaria.)
El camino al infierno está pavimentado con adverbios.
(Un consejo literario disfrazado de advertencia infernal.)
Todos los juegos son limpios si todo el mundo es engañado a la vez.
(La trampa se normaliza cuando es colectiva.)
Mentimos mejor cuando nos mentimos a nosotros mismos.
(El autoengaño es la mentira más convincente.)
Si te gustó ser un adolescente, hay algo realmente mal contigo.
(Una ironía brutal sobre la incomodidad de esa etapa.)